martes, 24 de julio de 2018

Reseña - Noches sin Luna

¡Hola, lectores!

Llevo tecleando, haciendo y deshaciendo lo escrito, un buen rato; miro la pantalla del ordenador convencida de lo que os quiero decir, pero creo que no tengo palabras suficientes para poder expresarlo. Eso es lo que me ocurre cuando me apego a un libro de la misma manera en la que me he apegado a «Noches sin Luna» de la autora Cristina Rodríguez. 

Sinopsis

¿Hasta dónde llegarías para encontrar la llave de tu pasado?
Diana ha decidido celebrar su boda en La Paloma, la finca familiar situada en la sierra andaluza, Paula, su madre, ha accedido a ello a pesar de que lleva treinta años sin volver a casa y sin ver a su familia.
Desde el momento en que ambas ponen un pie en el lugar la tristeza se instala en los ojos de Paula, que no tarda en sentir a los fantasmas del pasado merodeando a su alrededor.
¿Por qué se fue Paula de La Paloma? ¿Por qué le afecta tanto ese lugar?, son las preguntas que deberá responder Diana, que no dudará en llamar a las puertas del pasado para descubrir la verdad.*

Reseña

Para quien no lo sepa, me gustaría comenzar diciendo cuáles son los aspectos más importantes para mí a la hora de leer una novela; en mi caso es el retrato de la sociedad y, por ende, los personajes.
Esta novela consta de unos personajes perfectos por sus imperfecciones, pues la autora ha sabido hacer de sus creaciones personas y no seres fantásticos que lo hacen todo perfectamente. Personajes con debilidades, con errores, con deseos, pasionales, racionales y a la misma vez irracionales. Todo este conjunto de características hace que unos se adentre más en la historia y empatice con los personajes.
Del mismo modo que todos y cada uno de los personajes han sido maravillosos en esta novela, el retrato social y político que crea del pueblo es, sin duda, algo espectacular. En este podemos ver el comportamiento de un pueblo, sobre 1970, donde impera la Ley Divina -o la religión- la pureza, la castidad y la mujer como un ser sumiso. Una diferencia social entre la gente de bien, los jornaleros del campo andaluz y las prostitutas. Asimismo, contemplamos cómo esa vida de pudor era algo que estaba de puertas para adentro con el marido y de puertas para fuera con la sociedad, pero que a las mujeres no les producía satisfacción alguna, ya que ellas querían verse libres, con la capacidad de disfrutar sin ser juzgadas, ser más que un «algo».
Esto se contrapone con la historia que, poco más tarde, ocurrirá en Barcelona, donde se retrata una sociedad cosmopolita en la que se puede ver el gigantesco salto que hay de vivir en un pueblo -ya sea norte, sur, este u oeste- a vivir en una gran ciudad. 
Por medio de la historia de Diana, podremos conocer la verdadera historia de esta novela, la de Paula.   Ella se trata de un personaje al que le vas cogiendo cariño a medida que vas descubriendo junto a Diana cuáles son los secretos que se han ocultado durante tantos años. Sin duda alguna, terminas empatizando con ella, con ese amor que sentía hacia Alejandro Casado, personaje que quiero que conozcáis por vosotros mismos, ese amor tan tierno, tan puro y tan real. Aquí es cuando entra mi conflicto emocional y creo que os debería responder con una cita de la novela: «El amor son risas sin sentido, son miradas cómplices, es sentir que el paso que das es el correcto. Todo lo demás son simulacros de algo parecido al amor, y por desgracia, no todas las personas pueden sentir algo así en sus vidas». ¿Qué quiero decir con esto? Si habéis experimentado el amor que se da en la novela, podréis verlo como algo completamente normal. En el caso de que no lo hayáis experimentado, podréis encontrar este amor poco creíble. En este caso es algo muy subjetivo y que depende de vosotros el categorizarlo como creíble o no.
Sin duda alguna en este libro veremos a mujeres fuertes y mujeres sumisas, veremos a hombres «chapados a la antigua» y, lo que hoy es totalmente natural, lo clasificaríamos, por el contexto de la obra, como revolucionarios. Diferente a lo que se veía en el sexo masculino tras haber vivido y haber sido educado en una España oscura y dictatorial.
Arte. En este libro hay mucho arte y magnífico. Pero no es solo arte lo que podremos ver gracias a las referencias que Cristina nos deja a través de Paula y Alejandro, sino que sus propias palabras lo son.
A pesar de ser un estilo sencillo y ameno, ha sabido trazar de una manera pulcra y definida, con su mezcla de pigmentos y, sobre todo, con sus delicadas palabras, una novela de una calidad destacable, donde los paisajes y las calles dejan de ser palabras para convertirse en cuadros que nuestra mente es capaz de crear. 
Cristina ha realizado un trabajo espectacular y al que le he cogido un gran cariño. Este libro, repito, es como el arte: una vez cala en ti, es muy difícil que olvides las líneas.


Os recuerdo que el libro de Cristina, publicado por Selecta (sello de literatura romántica de referencia en el ámbito digital ligado a una potente comunidad de autoras de voces hispánicas), podéis comprarlo a través de diferentes puntos como Amazon, iBook, etc.
















miércoles, 11 de julio de 2018

Los «retellings» de la Jotacá y de la Gallego




¡Buenos días!
En el post anterior estuvimos hablando sobre los retellings, de dónde vienen y quiénes los realizaban, pero hoy me gustaría hablar de unos «retellings» un tanto peculiares. 
Jotacá (J.K Rowling) escribió en 2001 «Animales fantásticos y dónde encontrarlos» o, como a mí me gusta llamarlo, «Bestiario 20.01». En él, Rowling nos explicaba los animales que podíamos encontrar en el mundo mágico, con sus descripciones, etc, etc.
Unos cuantos años más tarde, exactamente diecisiete años, vería a la luz un nuevo libro de la autora de fantasía más importante que hay a día de hoy en España, Laura Gallego García: «El bestiario de Axlin» o, como a mí me gusta llamarlo, «Bestiario 20.18»
Las historias son, evidentemente, diferentes entre sí. La autora británica se dedica a escribir y describir animales que ha «creado» en su mundo mágico y la autora española narra la historia de una escriba que se dedica a investigar sobre los monstruos de su aldea. Pero, ¿acaso sabemos dónde está el origen de los este tipo de «literatura»?

Retrocedamos en el tiempo unos cuantos siglos, unos diecinueve siglos, al siglo II D.C, cuando a un ser anónimo se le ocurre datar y describir todos los animales, plantas y piedras que ve, en griego. Llega el siglo V y se hacen lo que hoy en día hemos etiquetado como retellings, es decir, esas adaptaciones de la obra original. En la Edad Media, ya comienza a haber traducciones de los bestiarios -recordad que una traducción no es una adaptación, sino que se trata de una reproducción de una obra en otro idioma-. Estos libros solían traer representaciones gráficas de los animales junto a su descripción física y moral, en otras palabras, eran libros con dibujitos. Llegan los siglos XII y XIII y con ellos llega el desarrollo de la escritura vernácula, por lo que estos libros atraerán la atención de una nueva clase lectora: la nobleza. Estos libros, evidentemente, no eran una enciclopedia -todavía faltaban unos cuantos siglos para la Ilustración-; los animales que se representaban en los bestiarios no solían ser más de una veintena. Algunos de estos animales eran perfectamente reconocidos por la población, como el zorro, la perdiz, el ciervo, la hormiga o el cuervo, pero, por muy familiares que fuesen, estos animales tenían, en la época, ciertas características que eran dignas de observación.
Tras la descripción física, solía incluirse en estos un relato etiológico para explicar la moralidad de estos animales. Dichos relatos serían utilizados durante el medievo para la predicación
, sobre todo era un gran instrumento para el cristianismo.
Sin embargo, también encontraríamos en estos bestiarios animales que resultaban ser exóticos y que hoy en día nos resulta muy normal verlos en los documentales que, al menos, se emiten en España en La 2, a la hora de la siesta, como lo eran el león y el mono. Otras representaciones rozaban lo fantástico, como las del rinoceronte, el cocodrilo o la del elefante.
Los bestiarios recogían, asimismo, muchos animales que hoy en día no dudaríamos en clasificar cómo fantásticos -y dónde encontrarlos- pero que, para los lectores del medievo, eran totalmente reales como los demás seres que hoy en día conocemos: la hidra, el Fénix, el centauro y la sirena eran algunos de ellos.

Podemos ver que, en efecto, ni Laura Gallego se ha basado en Rowling ni la Jotacá ha escrito algo muy innovador con su propio bestiario, por lo que lo podríamos denominar como adaptaciones, versiones, reinterpretaciones, cre
aciones inspiradas en, o retellings de una obra, el Physiologus, que derivaría al siglo XXI a lo que conocemos como la biología y el estudio de los animales, la zoología; las plantas, la botánica; y el estudio de las piedras y los minerales, la geología.









jueves, 5 de julio de 2018

¿Los «Retellings» están de moda?

Para quien no esté familiarizado con el anglicismo «retelling», os doy una explicación breve y concisa: se trata de versiones nuevas que se hacen se otros libros, normalmente de clásicos, adaptados a las expectativas de la nueva generación lectora.

Pero, ¿los «retellings» -o las versiones de los cuentos- están de moda?

Hace un mes leí un libro, el cual me fascinó y me dio la magnifica idea de escribir lo que ahora estáis leyendo, llamado «Beauty and The Beast: Classic Tales about Animal Brides and Grooms from all around the World», editado por Maria Tatar, en el que podemos ver que hay centenas de versiones o «retellings» de uno de los clásicos que Disney llevó a la pantalla: «La Bella y la Bestia», desde las versiones romanas y helenas hasta las de Próximo Oriente.
Sin duda alguna, la versión más famosa, la que todo el mundo conoce y con la que tarareamos eso de «se oye una canción que hace suspirar...» es la francesa, de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en 1740. Pero, aunque haya gozado de una gran fama, no podemos decir que es algo original, sino que es una versión, ese famoso «retelling» que está ahora tan «de moda». 

¿Alguna vez dejó de estarlo, siquiera?

La magnífica historia de «la Bella y La Bestia» - la de Gabrielle- es ni más ni menos que una versión del mito de «Eros y Psique».

Afrodita era la diosa del amor y la belleza, pero había una vez una mundana de tal belleza llamada Psique, que a la diosa le dio una envidia muy mala y decidió mandar a su hijo Eros a que le lanzase una flecha para que se enamorase del más feo que hubiese en la mitología. Eros se queda prendado ante semejante belleza, se enamora de ella y decide llevársela, aunque no le revela quien es. Psique, como es normal, quiere descubrir de quien se trata y enciende una vela durante una noche en la que él está junto a ella, por lo que le cae cera y el dios del amor se enfada y se va, decepcionado.
La muchacha le pide a Afrodita que le devuelva el amor de Eros y esta, rencorosa, le envía cuatro tareas que son prácticamente imposibles de hacer para un ser humano.
Como cuarto trabajo, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como resultado de la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le dio. 
Psique, que es una humana muy especial, consigue el guardar la belleza, pero, pensando que si cogía un poquito, Eros la amaría más, decidió abrir la caja. Dentro estaba un «sueño estigio» que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique.



Pero esto de contar lo ya contado no es una idea que se le ocurriese a la autora de la Bella y la Bestia, o los diferentes autores en todo el mundo que han versionado estas historias, sino que esta práctica ya existía mucho antes, gracias al interés que había de las fábulas romanas y helenísticas. El interés de las obras de Fedro (para el entorno latino) y de Babrio (para el entorno griego) fue muy grande. Los jóvenes, una vez completada su formación de gramática, emprendían el estudio de la retórica mediante los progymnasmata (præexercitamenta en latín), es decir, los «ejercicios preliminares», en los que se solía coger una fábula «desnuda» y los jóvenes tenían que amplificarla, abreviarla -ejercicios llamados amplificatio/abbreviato- o reelaborarla.
Quiero que nos quedemos con el término reelaborar, porque, finalmente, eso es en lo que se basan estos famosos «retellings» que están tan de moda y que tantos siglos llevamos haciendo, aunque sin ser conscientes de ello -tenéis que pensar, también, que antes no existían los derechos de autor-. 
Gracias a esos «retellings» que se hacían en el medievo, hemos podido conservar centenares de historias y de fábulas que, a lo largo de los siglos, nos han hecho comprender el mundo.
Hoy en día, sin embargo, estas reelaboraciones que encontramos no suelen ser de fábulas, sino de cuentos clásicos modernos que todo el mundo conoce, como Peter Pan, Alicia en el País de las Maravillas, La Bella y la Bestia, la Bella Durmiente, etc. 

No solo lo encontramos en la literatura, sino que también lo vemos en el mundo del cine, pero, ¿qué hay de interesante en esta nueva manera de recrear una historia?
Normalmente, en las antiguas reelaboraciones, la historia seguía un mismo patrón -solo hace falta leer el libro que os he citado al principio para darnos cuenta-, sin embargo, las reelaboraciones del siglo XXI llegan más allá de ser una simple reelaboración, sino que también se reinterpreta la historia, se crea un «¿qué hubiera pasado si...?», por lo que podemos encontrar los puntos de vista de loa villanos de las historias -tal y como pudimos ver en la película de Maléfica- o incluso tener una perspectiva actual de un cuento clásico, un Robin Hood del siglo XXI, unos tres mosqueteros distópicos -quién sabe lo que está por llegar-. Como vemos, la trama original sufre variaciones para adentrarnos a esa nueva y novedosa historia.

He aquí una serie de retellings, que ya sabemos que, aunque estén de moda, no son tan modernos, que podemos encontrar en pantalla y en literatura:

Pantalla:



No sé qué les pasa a los guionistas con la historia de «Cenicienta», pero ven en ella una oportunidad para sacar toda su imaginación y crear un centenar de versiones de este cuento clásico.

Sin duda alguna, la película que todo el mundo debería de ver es la de «Por siempre jamás» (Ever After), también conocida como «La Cenicienta Feminista».

Una de las series televisivas que han pegado fuerte con el tema de versionar estas historias es OUAT (Once Upon a Time). Por desgracia, yo no he tenido el privilegio de verla todavía -si la habéis visto, por favor, comentadme qué os parece la serie-.


Seguimos con los libros y, personalmente, creo que tenemos retellings de diferentes cuentos conocidos por todos en cualquier lugar.
Os voy a dejar algunos, ya que en este post quería centrarme en el hecho de que un retelling no es algo muy novedoso en la literatura, pero, si queréis que os hable de más, no dudéis en dejármelo en la sección de comentarios y vuestros deseos serán órdenes para mí.

 Por orden, de izquierda a derecha, se tratan de los retellings de Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel y Blancanieves.
 Esta versión nos lleva más allá de Alicia en el País de las Maravillas, contando la historia de su descendiente 

De «La verdadera historia del capitán Garfio» creo que no hay mucho más que comentar. Evidentemente, podremos conocer esa versión tan desconocida de uno de los villanos de los cuentos clásicos. 








miércoles, 6 de junio de 2018

El Mago de Oz: la Historia en una historia para niños

Mi plan principal era contaros todas las teorías habidas y por haber del Mago de Oz en una sola entrada, pero, como bien sabe Tom Cruise, eso sí que era una misión imposible, por lo que he decidido dividirla en tres grandes partes. Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero vamos a tener fe, confianza y polvo de hadas y vamos a asumir que esta segunda parte sí lo será.
Y si no es buena, al menos será interesante -eso espero-.

La primera vez que hablamos del Mago de Oz, estuvimos comentando un poquito de la experiencia teosófica del autor y en qué partes del libro la podíamos encontrar, pero también os llegué a comentar un poquito que algunas de las lecturas que se le daban a este libro eran desde el punto de histórico-económico de EE.UU. 
¡Dentro contexto!
...

Debemos viajar al pasado unos 118 años. Nos encontramos entonces en 1900, año en el que se publica en Estados Unidos la popular historia de uno de los magos más famosos en la literatura. 
Entre 1880 y 1996, EEUU había vivido un periodo de deflación -1. f. Econ. Descenso del nivel general de precios-. 
Los precios cayeron un 23% y esto tuvo grandes consecuencias a nivel político y económico de la que se destaca la redistribución de la riqueza entre acreedores (bancos del noroeste de Estados Unidos) y los deudores (granjeros del sur y medio-oeste). Con ello, se da el origen del movimiento populista en Estados Unidos, quienes representaban los intereses para los pequeños propietarios y los agricultores. 
En estas fechas el patrón oro era el sistema monetario por excelencia -1. m. Sistema monetario basado en la equivalencia establecida por leya tipo fijoentre una moneda y una cantidad de oro de determinada calidad-.
¿Qué pasa con el oro? Se acaba. Y en EEUU era escaso, por lo que era difícil sostener un sistema monetario basado en algo que no se tenía. 
Una de las soluciones que se dio fue la creación de un sistema monetario que se sostuviese en el dos metales: el oro y la plata, lo que aumentaría la inflación monetaria y se saldría de esa deflación de la que hablábamos antes. De hecho, en esto se centró la campaña electoral de 1896, en la que nos encontrábamos por un lado a W. McKinley, candidato republicano y «team» patrón oro y, por otra parte, tenemos a W. Jennings Bryan, candidato demócrata y «team» bimetalismo  (William contra William, en resumen) ¿Qué William sería el vigésimo quinto presidente de los Estados Unidos?

Pero, ¿y toda esta charla histórica para qué? Bueno ¿y si te digo que el país de Oz se refiere a la palabra inglesa «ounce» y que la onza es la medida del oro; y el color verde predominante en el libro en Ciudad Esmeralda  es el color del dólar americano? 

En un tornado de Kansas a Oz.

Desde esta perspectiva, tenemos que entender que la historia es rica en las referencias a lo que estaba sucediendo a finales del siglo XIX en Estados Unidos, pero tampoco es un rompecabezas, pues el propósito principal de Baum era contar una buena historia y encontrar en ella simetría y personajes interesantes interesantes, a lo que le dio preferencia. Sin embargo, podemos observar que las referencias son suficientemente numerosas para poder calificarlas de informativas.
La heroína del cuento es Dorothy, una niña que vive con su tía Em y su tío Henry en una granja empobrecida de Kansas. Dorothy representa a una América honesta, bondadosa y valiente. 
El movimiento popular comenzó en el oeste, por lo que tiene toda la lógica del mundo que la historia comience allí. También podría ser una referencia a Kansas City, Misuri, donde la Convención Demócrata tendría lugar. 
Tenemos que destacar también que el nombre original del cuento era «From Kansas to Fairyland»  significó el seguimiento de la campaña desde Kansas City hasta Washington D.C
El tornado era el movimiento «Free Silver». 
Como sabemos, la casa de Dorothy aterriza sobre la Bruja Mala del Este, y esta desaparece completamente, dejando solo sus zapatos plateados. Los zapatos representan a la plata, uno de los componentes del bimetalismo y la Bruja Buena del Norte se los da a Dorothy. Estos tienen un poder que la Bruja Mala del Este entendía, pero que los Munchkins (ciudadanos del Este) no.
Podemos decir, entonces, que a nivel general la Bruja Mala del Este representa los intereses comerciales y financieros del Este, pero en términos personales, un populista tendría una figura en mente: Grover Cleveland. 
Los habitantes de la tierra en la que Dorothy se encuentra no saben decirle cómo volver a Kansas. Le aconsejan que vaya a buscar la respuesta a la Ciudad Esmeralda, que puede encontrar al final del camino de baldosas amarillas. Este camino, obviamente, es el símbolo del oro. Al seguirlo, llegará hasta la Ciudad Esmeralda (o en nuestro planeta Tierra conocido como Washington D.C), pero la solución de Dorothy no se encontrará allí. Como observamos, los zapatos plateados y el camino de baldosas amarillas son los dos símbolos principales del bimetalismo, pero hay muchos otros.
Durante el camino, Dorothy se encuentra con el Espantapájaros, que representa al granjero del oeste de EE.UU. Nuestro amigo el Espantapájaros piensa que no tiene cerebro porque su cabeza está hecha de paja. Pronto aprenderá que es inteligente y competente. Él reencarna el mayor objetivo de este movimiento «Free Silver»: la gente, en particular los granjeros, eran capaces de entender las complejas teorías que subyacen la elección de un patrón. No tenían que aceptar el monometálico patrón oro simplemente porque los expertos dijeran que fuese necesario.
Después, Dorothy y el Espantapájaros conocen al Hombre de Hojalata, símbolo del hombre obrero -trabajador-. En un comienzo él era un hombre de carne y hueso, pero la Bruja Mala del Este lo maldijo. Mientras trabajaba, su hacha se le escaparía de las manos y le cortaría una parte de su cuerpo. Un hojalatero reemplazaría la parte cortada, y el Hombre de Hojalata podría trabajar tal y como antes lo hacía. Finalmente, no quedó nada más que hojalata en él. Sin embargo, aunque pudiese trabajar, el Hombre de Hojalata era infeliz porque había perdido su corazón. Esta parte de la historia es una gran representación de la idea populista y socialista que explicaba que la industralización había alejado al trabajador, convirtiendo a un artesano independiente en una mera pieza perteneciente a una máquina gigante.
El último personaje que se une al grupo es el León Cobarde. Este personaje es el mismísimo William Jenning Bryan. Esta escena del libro está muy meditada, pues Baum continúa la historia sugiriendo que el movimiento lo comenzó primero los granjeros del oeste, se le unieron los obreros y, después, Bryan. 
Un león que ruge es una buena elección para uno de los mejores oradores americanos.
Durante el camino, Dorothy y sus amigos se encuentran con una serie de retos que muestra a los lectores que las cualidades que dicen no tener están muy presentes en ellos: el Espantapájaros nos demuestra su inteligencia; el Hombre de Hojalata, que tiene más humanidad y bondad que un hombre; y el León Cobarde nos demuestra que está preparado para morir luchando contra los Kalidahs, unos monstruos terroríficos. 
Uno de los retos más misteriosos es la escena del campo de amapolas. El León Cobarde se duerme en el campo y se le rescata, aunque con gran dificultad. Esto es otra referencia al peligro del poner el antiimperialismo por delante de la plata.
Las amapolas son la fuente del opio, y quedarse dormido en un campo de amapolas simboliza el miedo por parte de los populistas de que Bryan se quedase durmiendo en medio de los problemas en los que se encontraban.
Dorothy y sus amigos llegan a Palacio de Esmeralda, o la propia Casa Blanca, donde tienen que quedarse una noche antes de tener una audiencia con el Mago. 
¿Quién es este Mago con esta visión del mundo puramente republicana? Para un populista, solo hay una respuesta: Marcus Alonzo Hanna (o el ex senador de EE.UU).
Para complacer al Mago, el grupo tiene que ir al oeste y destruir a su enemiga la Bruja Mala del Oeste. Que el Mago quería que se marchasen y se fuesen al oeste, de eso no cabe duda. Pero que de verdad fuese un enemigo de la Bruja Mala del Oeste es otra cosa bien diferente.
El Mago no siempre dice la verdad; algo que descubrirá pronto Dorothy.
Si Cleveland, como hemos dicho, era representado por la Bruja Mala del Este, la Bruja Mala del Oeste sería sin ninguna duda McKinley.
Cuando muere la Bruja Mala del Oeste, Dorothy consigue liberar a sus amigos, a los que habían hecho prisioneros. Los hojalateros reparan al Hombre de Hojalata, y le dan una nueva hacha, cuya empuñadura esta hecha de oro y el filo brillaba como la «plata pulida». Esta nueva hacha representa el pensamiento populista: ellos no querían remplazar el patrón oro con un patrón standard. Ellos querían llegar al patrón del bimetalismo. 
Dorothy y sus amigos vuelven a la Ciudad Esmeralda seguros de que el Mago les concederá sus deseos. Pronto desenmascaran al Mago y aprenden que este es simplemente un farsante que ha estado engañando a la gente. 
El Mago dice que la llevará a Kansas en globo, pero se va sin ella -vaya, ¡niño malo!-. 
Es en ese momento cuando deciden ir en busca de Glinda, la Bruja Buena del Sur, el sur de EEUU apoyaba la causa del movimiento «Free Silver», por lo que no es de extrañar que la bruja fuera buena.
Glinda resuelve los problemas del grupo: el Espantapájaros vuelve a Ciudad Esmeralda a gobernar, el Hombre de Hojalata se convierte el gobernador de los Winkies y el León Cobarde se convierte en el gobernador de la jungla. El sueño populista de conseguir poder político con la ayuda del sur se ha hecho realidad. A Dorothy se le dice cómo volver a Kansas. Todo lo que tiene que hacer es dar tres golpecitos, talón con talón, a sus zapatos de plata tres veces. El poder para solventar su problema (añadir plata al stock de dinero) estaba ahí todo el tiempo.
Cuando Dorothy se despierta en casa -hogar, dulce hogar-, se da cuenta de que sus zapatos de plata han desaparecido, tal y como el problema de la plata estaba desapareciendo a finales de 1890.

...

A pesar de todo lo analizado, es cierto que no hay ninguna prueba que pueda hacer que esto deje de ser una teoría y sea una realidad. Sin embargo, vemos que los datos aportados crean un esquema completamente lógico que otorga a esta teoría de un gran sentido y sensatez.
¿Teoría o realidad? Nunca lo sabremos a ciencia cierta... O sí. Quién sabe. 


miércoles, 30 de mayo de 2018

El Mago de Oz: Teosofía y otras teorías de la conspiración.

Queridos, queridas:

   Uno sabe que los grandes clásicos de la literatura, esos que, aunque no se hayan leído, conocemos de su existencia, se han ganado ese gran título a pulso -aunque hablaremos de clásicos, de crítica literaria y qué hace que una obra sea clásica con calma en otro post-. 
   ¿Nunca os habéis parado a pensar que detrás de un libro hay una simbología entera que descifrar? Pues lo mismo pasa con los clásicos. Hay que ser un Iker Jiménez en un especial de Cuarto Milenio en la Noche de los Muertos y sacar todas esas teorías que podemos encontrar dentro de una obra. Ser un Sherlock Holmes de las palabras y de los significados, querido Watson. 
Después dicen qué los clásicos son aburridos. ¡JA!
   Hoy quería hablaros de un libro que seguro que todos conoceréis, ya sea por la novela en sí, por la película o por la canción «Somewhere over the Rainbow», es decir, la novela «El Mago de Oz» -y si no lo haces, permíteme decirte que has desaprovechado toda tu infancia-.
   ¿Y si te digo que «El Mago de Oz» va más allá de un libro para niños? ¿Cómo te quedas? ¿Y si te comento que vamos a hablar de Teosofía? Aquí se ha venido a jugar, Watson.

Primero hemos de situarnos: 
«El (maravilloso) mago de Oz» es un libro escrito por Lyman Frank Baum. Nos cuenta la historia de Dorothy, una niña huérfana de catorce años que vive con su tía Em, su tío Henry y su perrito Toto en Kansas hasta que un tornado transporta la casa donde se encontraba Dorothy y Toto hacia un lugar totalmente desconocido para ella. Al salir su casa para ver en qué lugar se encontraba, unos seres desconocidos para ella, que se denominan munchkins, se les acercan y les dan las gracias por haber matado a la Bruja Mala del Este, entre los munchkins se encuentra la Bruja Buena del Norte, a quien Dorothy le dice que ella solo quiere volver a Kansas.
Para ello, le avisa la Bruja Buena del Norte, tendrá que ir hasta la Tierra de Oz, siguiendo las baldosas amarillas. 
En su camino, se encuentra con el Espantapájaros, que la acompaña hacia Oz porque quiere un cerebro para pensar; el Hombre de Hojalata, que acompaña a estos dos, junto a Toto, porque quiere tener un corazón y, finalmente, un León Cobarde, que a pesar de ser una bestia para muchos, el dice tener miedo de todo lo que le rodea. 
Ellos se aventuran hacia la increíble Tierra de Oz para poder conseguir sus objetivos. 

   No quiero contar mucho más, a pesar de que muchos sepamos cómo termina la historia, porque mi objetivo es que os leáis libros, no contarlos yo. 
Vamos a pasar de ser unas personas que hablan de libros «para niños» a personas que se interesan por teorías extrañas, Cuarto Milenio y la Teosofía. 

    Frank, hijo de Baum, admitió que su padre era un interesado en la Teosofía  Creía firmemente en la reencarnación, tenía fe en la inmortalidad del alma y creía que él y su mujer habían estado juntos en muchas vidas pasadas y volverían a estarlo en futuras reencarnaciones (¡qué bonito es el amor, oye!), pero no aceptaba la posibilidad de la trasmigración de las almas de los seres humanos a los animales, o viceversa, como en el Hinduismo. Estaba de acuerdo con la creencia teosófica de que el hombre sobre la Tierra era solo un escalón de una gran escalera que recorría muchos estados de conciencia, muchos universos, hasta un estado final de Iluminación. Creía en el Karma, que cualquier cosa buena o mala que uno hiciera durante su vida retornaría a él como recompensa o castigo en futuras reencarnaciones. Creía que todos los grandes maestros religiosos habían obtenido su inspiración de la misma fuente, de un Creador común
    Es probable que Baum supiera de la teosofía a través de su suegra, una notable mujer que fue figura activa en el movimiento de los derechos de la mujer y en otras causas sociales a lo largo de su vida.             
   Fue coautora, junto con Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony, de la Historia del Sufragio Femenino, en tres volúmenes, y fue uno de los primeros miembros prominentes de la “Asociación Nacional para el Sufragio Femenino” 
   Pero, ¿qué es la Teosofía, Celia? 
   Veréis, la Teosofía es un conjunto de enseñanzas y doctrinas creadas por Helena Petrovna      
   Blavatsky. En su obra La clave de la Teosofía, explica que el nombre «teosofía» es uno de los tantos que se utiliza para designar a una sabiduría sin edad, eterna, y el conocimiento de la verdadera realidad. Esta propone que todas las religiones surgieron a partir de una enseñanza o tronco común, que se ha ido bifurcando en diferentes ramas, llevando a contradecir la enseñanza original. El estudio comparativo de la Ciencia y la Filosofía son otra forma de acercamiento dicha enseñanza original.

¿Y qué hay de Mago de Oz en la Teosofía? ¿O era qué hay de Teosofía en el Mago de Oz? 
Mucho más de lo que pensabas hace diez minutos. 

   ¿Habéis visto que en un comienzo la película es en blanco y negro? Aunque ese sea un símbolo que no se vea en el cuento, es uno de los símbolos que podemos ver en el mundo de Oz, así que vamos a tenerlo en cuenta. La ciudad de Kansas representa lo material, y es allí donde dará comienzo su viaje espiritual a través de un tornado que la elevará hacia un mundo etéreo que la llevará al camino de la iluminación. El tornado, es decir, una espiral que se va elevando, es el símbolo del karma, los errores y las lecciones de vida. En la Teosofía, esta espiral representa la reencarnación, la muerte física del alma hasta que se convierte divina. Asimismo, esta simbología se repite en el famoso camino de baldosas -«sigue las baldosas amarillas»-, que representa el camino de la vida y el amarillo es el color  que representa la armonía. Pasamos de unos planos lúgubres a unos planos llenos de colores vivos.        
 Así, intuimos que la Teosofía nos va a llenar y nos va a dar luz a nuestra vida con esa «verdad».
   Dorothy también recibe los zapatos de plata que llevaba la Bruja Mala del Este, a la cual había (¿atropellado?) matado al caerle su casa encima. El color plata de estos zapatos representa el famoso «cordón de plata», considerado por los ocultistas la unión entre el mundo material y el espiritual. 
   Nuestro amigo el Espantapájaros nos representa el intelecto y la razón. Vemos que es él quien, a pesar de afirmar que no tiene cerebro, toma todas las decisiones del grupales que afectaran al desarrollo de la historia.
   El Hombre de Hojalata es amado, ama y siente como aquellas personas con gran corazón, a pesar no tenerlo.
   El León Cobarde representa otra de las facetas del ser humano, aquel que se muestra horrible y dañino, pero que en verdad en su interior solo siente miedo. 
   Entonces,  cuando ellos van andando por ese camino de baldosas amarillas, representado como el sendero de la restauración, verán que el Mal se interpondrá por su camino (La Bruja Mala del Oeste) para llegar hacia el Mago de Oz (el Mesías que les proporcionará aquello de lo que carecen).
   Como podemos observar, vemos representado el bien, el mal, el amor, la razón, la valentía y la cobardía, es decir, al ser humano en sí, en un cuento para niños que va mucho más allá de ser una simple historia.
Y, como dato adicional que os voy a dar y que no tiene nada que ver con la Teosofía, debemos fijarnos en quiénes forman esta maravillosa historia: mujeres. Son en su mayoría mujeres que lideran, tanto la protagonista como la antagonista (o las cuatro brujas y Dorothy, para que nos entendamos).
Por ese motivo, este libro fue censurado en Chicago en el año 1928 y también en Detroit desde 1957 hasta el año 72 por la misma razón.
¿Es Baum uno de los aliados al feminismo más importantes del pasado siglo? Quién sabe...












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miércoles, 16 de mayo de 2018

Los 3 suicidios de Marcos Ruiz

Los 3 suicidios de Marcos Ruiz 



¿Si pudieras dar un paso atrás cambiarías algo de tu vida? ¿Si hubieras hecho algo malo, tan malo, que pudiera repercutir
en que una persona quisiera quitarse la vida, podrías dormir por la noche?
«–Marcos, deja de jugar –dijo la voz de Sarita».
Autor: Julio Marín García
Género: Thriller psicológico
Páginas: 240
Publicación: abril 2018 
Edición: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-948329-0-1
Precio: 12 euros
Editorial: SoldeSol *


Antes de comenzar la reseña, me gustaría daros la bienvenida una vez más. He estado desaparecida de aquí por muchas razones, pero la más importante es que se me habían quitado las ganas de leer y por lo tanto, tampoco tenía ganas de hacer reseñas. Esa época oscura de mi vida (blah, blah, blah) ha quedado atrás -menos mal- y aquí estamos, dispuestos a reseñaros un libro que me ha dejado con la boca abierta.

  Los 3 suicidios de Marcos Ruiz nos cuenta la historia, dividida en tres partes, de un joven de veintidós años y madrileño, Marcos, que al graduarse decide ir a una fiesta sus mejor amigo, Álex, y emborracharse y drogarse hasta el punto de acostarse con la chica de la que siempre había estado enamorado, Sarita. 
   A la mañana siguiente de haber tenido sexo, Sarita, entre lágrimas, le confiesa que ella es portadora del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), lo cual hace que un chico prepotente y perfecto -así se describe él- comience a hundirse en un pozo de depresión por no pedir ayuda.
Bueno, y supongo que por el título podéis intuir qué pasa.

   Pues no. No sabéis lo que pasa. No sabéis lo que pasa porque el autor es capaz de jugar contigo en todos los sentidos (y que jueguen conmigo en una novela es demasiado complicado).
   Conforme vas leyendo la novela e intentas descifrar lo que va a ocurrir con los personajes, más adicción te creas a ella. Además, los capítulos cortos -gracias, Julio- hacen que no sientas tanto remordimiento de conciencia al decir «un capítulo más» y que al final eso se convierta en toda la novela. 
   Los personajes nos tienen descolocados desde el minuto uno, absolutamente todos y, cuanto más nos acercamos a ellos, menos vemos la realidad. Asimismo, cada uno de ellos tiene una voz muy definida, marcada y diferente el uno del otro.
   Sin embargo, muchas veces pensaba el escritor se había ido por las ramas, escribiendo una ficción más ficticia de lo normal -si lo que acaba de decir tiene algún sentido- y que rozaba lo poco real e incluso diría que lo cómico. O eso es lo que pensaba Celia antes de llegar al final, cuando llegué a lo que voy a denominar «La Gran Parte», vi que, a pesar de ser una ficción, toda la trama recobraba el sentido que yo daba por perdido, como os he dicho, Julio ha sabido sobrepasar mis «teorías de la conspiración» con su novela.
   Además, Los 3 suicidios de Marcos Ruiz no es solo un thriller psicológico, sino que dentro de esta novela podemos encontrar también una crítica a la sociedad. «No sabemos nada de los demás, pero nos encanta abrir sus puertas, inventarnos sus historias, y juzgarlas con el don de nuestra verdad universal» es una de las perlas que nos podemos encontrar a lo largo del libro -y qué razón tiene-.
   Sin embargo, hay varias cositas que me chirrían en el estilo y ahora va a parecer que me voy a contradecir, pero, mientras que su estilo sencillo para narrar me parece un punto muy a favor para esta novela tan sumamente complicada de hilar, algunas veces lo veía excesivo, es decir, pasaba de estar leyendo un estilo sencillo a pasar a una narración un poco menos cuidada en las expresiones y en el vocabulario. También me gustaría resaltar el uso excesivo de puntos suspensivos, un vicio que vemos a lo largo del libro, sobre todo en la primera mitad. Los puntos suspensivos están bien si no se hace un uso abusivo de estos.
  Por último, creo que podía haber relatado algunas historias sobre el VIH para visualizarlo aún más dentro del capítulo La charla; era un buen momento para apartar la historia central y dar mucha mayor visualización a una enfermedad tan estigmatizada como esta. Es este capítulo otra gran verdad que le habría dado mucho juego para criticar y denunciar la forma en la que la sociedad crea juzga a todos aquellos afectados por una enfermedad que sufren 145000 personas en España y que solo se detecta en uno de cada cinco casos.
«El VIH no mata, la sociedad sí»
    En definitiva, es un libro al que todos deberíamos dar una oportunidad y el cual recomiendo encarecidamente por la forma en la que juega con nosotros, por la historia tan cruda que nos cuenta y la crítica social que el autor va dejando a lo largo de las páginas. Una lectura en la que empezaremos con la boca abierta y nos la dejará desencajada de lo bien resuelta que está, pues el final se percibe como uno muy bien meditado, que nos responde todas las dudas que teníamos, le da todo el sentido del mundo a la historia, y nos completa todas las piezas del rompecabezas que estaban sueltas.

Desde nuestra pequeña casa -desde el blog-, me gustaría felicitar personalmente al Julio Marín García, autor de esta novela, por el excelente trabajo que ha hecho su pequeña obra maestra. ¡Enhorabuena!




NOTA FINAL: 







 
*La información proporcionada hasta el asterisco proviene de la página web de la propia editorial.